Aunque existen variantes del concepto, el “emergentismo” supone que los sistemas
de la realidad están organizados de manera que poseen propiedades irreductibles
a las de sus componentes tomados aisladamente. Es usual, para los defensores de
esta teoría, ilustrar esta tesis con el ejemplo del agua y el
oxígeno e hidrógeno que la forman por separado. Es cierto que el agua tiene
propiedades (fluidez, temperatura, etc.) que no tienen sus componentes. Sin
embargo, ¿qué diferencia hay entre proceso emergente y proceso físico sin más? Un proceso físico, por ejemplo la formación de una tormenta, implica la
organización de elementos que aisladamente no tienen las propiedades meteorológicas
de una tormenta (p.ej. partículas de aire cargadas eléctricamente, rayos cósmicos,
etc.) pero sin embargo, organizados de cierta forma, constituyen una tormenta. Así pues, si ya tenemos un concepto bien definido para expresar lo que
expresa el concepto de “emergencia”, ¿por qué seguir utilizándolo?
Nosotros
proponemos que es mejor prescindir de él, sobre todo teniendo en cuenta los
entusiasmos sobrenaturalistas que se alimentan de este concepto. Es decir, si al fin y al
cabo, todo sistema real consiste en un tipo de organización emergente, podemos
seguir llamando "físico" a todo sistema real y prescindir de este
concepto metafísico.
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