jueves, 13 de septiembre de 2012

Mario Bunge y el conceptualismo semántico


Mario Bunge es uno de los filósofos de la ciencia más conocidos del siglo XX gracias a su monumental obra Tratado básico de filosofía, donde defiende el papel axiomátizador de la filosofía de la ciencia. Según este autor, esta disciplina consiste en hacer explícito el significado de las teorías científicas, entendidas como sistemas "conceptuales" y no como sistemas lingüísticos. De hecho, Bunge critica ferozmente a quienes creen que las teorías científicas son conjuntos de oraciones y no de proposiciones, denominando a su postura semántica como conceptualista.
No obstante, ¿cómo es posible que una proposición, que es el significado de una oración como reconoce el propio Bunge, tenga a su vez también significado? En nuestra opinión, Bunge duplica los objetos semióticos pero se resiste a aceptar esta idea a pesar del explícito doble uso que hace de la relación de significación. Es decir, su semántica es conceptualista de dicto, pero lingüística de re.
Esto no es sorprendente si pensamos en que Bunge utiliza oraciones para hablar de proposiciones y no otras proposiciones. Para entender el significado del término “proposición” debemos entender qué relación tiene con otros términos cercanos y a qué se refiere. En el primer caso, debemos relacionar el término “proposición” con “concepto”, “teoría” o “regla de inferencia”; y en el segundo, explicitar que el término se refiere a la enunciación del significado de una oración.
Si decimos “Todos los delfines son mamíferos” su proposición es otra oración, pero de este tipo “Para todo x, si x es un delfín, entonces x es un mamífero” (o cualquier otra frase más o menos formalizada equivalente semánticamente).
En suma, las proposiciones no son objetos conceptuales en otro sentido en que lo son las oraciones, por lo que lo más razonable es asumir que no son más que un tipo particular de oraciones que exactifican el signficado de otras oraciones formuladas con mayor ambigüedad.

miércoles, 15 de agosto de 2012

El problema mente-cuerpo: ¿necesidad o contingencia?


Una respuesta al famoso problema mente-cuerpo es la llamada "teoría de la identidad psico-física" (TI), consistente en la siguiente afirmación:
"Los procesos mentales, psicológicos, cognitivos, etc., son procesos físicos."
A pesar de la antigüedad de esta idea (se remonta al menos hasta Hipócrates) y de las innumerables evidencias científicas que amparan esta asunción (neuropatologías, acción fármacos, técnicas de neuroimagen, etc.) existen filósofos y científicos que niegan de una manera u otra que pensar sea un proceso físico, tan “físico” como la formación de lluvia o la fusión nuclear. Como cabe esperar para los que conocen estos debates, las críticas vertidas a la TI no están basadas en evidencias experimentales sino en argumentaciones lógico-lingüísticas. Dado que la validez de un razonamiento lógico no es negociable, examinaremos lo que afirman sus premisas con el fin de evaluar su veracidad.
Una de las principales críticas especulativas a la TI proviene de la "filosofía del lenguaje". Como es sabido, los filósofos del lenguaje siguen el principio de investigación "tanto dices, tanto piensas". Partiendo de este análisis lingüístico, los críticos de la TI se centran más en la forma que en el contenido de esta controvertida idea. Concretamente, el famoso filósofo Saul Kripke crítica a la TI por ser una teoría que pretende hablar de la identidad de las cosas y al mismo tiempo hace un uso inadecuado del concepto "identidad". Es decir, podemos asumir que “el dolor es la activación de las fibras C” pero no que esto sea una “identidad”, dado que podría ser falso (podrían ser las fibras “D” o cualquier otra cosa) y una identidad tiene que ser “necesaria” o "verdadera en todo mundo posible” y no contingente.
Sin embargo, Kripke y sus seguidores comenten un error grave a nuestro juicio al atribuir a la TI afirmaciones de identidad, a pesar de su infeliz bautizo. La TI no afirma la proposición concreta de que “el dolor es la activación de las fibras C” sino la afirmación general de que “lo mental es físico”. La afirmación que Kripke atribuye a la TI en realidad es una afirmación de una teoría particular de la mente (en este caso una teoría del dolor), la cual incluye como postulado a la TI. Y obviamente, como teoría que es, la teoría del dolor tiene derecho a ser falsable y no es desde luego una “necesidad” a priori.
Pero hay que ir más allá y decir que, si la TI es un postulado, ni siquiera es una "teoría" estrictamente hablando. Como decimos es un principio general de investigación aun no contradicha por la experiencia. Es formalizable como un condicional y no como un bicondicional. Es decir, su papel es el de ser un postulado de la psicología científica o "neurociencia", a partir del cual desarrollar teorías concretas sobre cómo es que un particular sistema físico, el cerebro, permite a quienes lo poseen realizar los procesos mentales que habitualmente realizan.

jueves, 2 de agosto de 2012

Emergentismo y propiedades físicas

Aunque existen variantes del concepto, el “emergentismo” supone que los sistemas de la realidad están organizados de manera que poseen propiedades irreductibles a las de sus componentes tomados aisladamente. Es usual, para los defensores de esta teoría, ilustrar esta tesis con el ejemplo del agua y el oxígeno e hidrógeno que la forman por separado. Es cierto que el agua tiene propiedades (fluidez, temperatura, etc.) que no tienen sus componentes. Sin embargo, ¿qué diferencia hay entre proceso emergente y proceso físico sin más? Un proceso físico, por ejemplo la formación de una tormenta, implica la organización de elementos que aisladamente no tienen las propiedades meteorológicas de una tormenta (p.ej. partículas de aire cargadas eléctricamente, rayos cósmicos, etc.) pero sin embargo, organizados de cierta forma, constituyen una tormenta. Así pues, si ya tenemos un concepto bien definido para expresar lo que expresa el concepto de “emergencia”, ¿por qué seguir utilizándolo?
Nosotros proponemos que es mejor prescindir de él, sobre todo teniendo en cuenta los entusiasmos sobrenaturalistas que se alimentan de este concepto. Es decir, si al fin y al cabo, todo sistema real consiste en un tipo de organización emergente, podemos seguir llamando "físico" a todo sistema real y prescindir de este concepto metafísico.

martes, 31 de julio de 2012

Escuela de Frankfurt y pensamiento científico

La llamada "Escuela de Frankfurt" o "teoría crítica" es una corriente filosófica heredera de las dos pseudociencias triunfantes en la primera mitad del siglo XX, marxismo y psicoanálisis.
Según los defensores de esta teoría, la tarea de la filosofía sería algo así como una crítica del poder y sus justificaciones. Dentro de éstas, los teóricos críticos como Habermas, Adorno o Marcuse sitúan a la razón "científico-técnica" como una ideología aliada con el poder y culpable de los males de la Moderindad. Este alejamiento de la ciencia por parte de la presunta "izquierda intelectual" está basado en una concepción sesgada de la misma. Para los defensores de esta corriente filosófica la ciencia tiene el objetivo de eliminar el pensamiento crítico y abandonarse al pragmatismo ético y económico. No obstante, esto no es cierto.
En primer lugar, esta división entre razón "comunicativa" y razón "cientifico-técnica" o razón "instrumental" no responde a la realidad. La racionalidad es unitaria, no está escindida. La razón "científco-técnica" también es comunicativa. Tanto es así que de hecho una de sus características principales es la publicación detallada de sus actividades.
Por otro lado, la utilización de la ciencia para el poder y la mitificación de la ciencia son dos conceptos que estudia la sociología de la ciencia, siendo en todo caso problemas sociales, no problemas de la ciencia en sí misma.
Finalmente, el pensamiento "cientificista" no es propio de científicos ni filósofos, suele ser el hombre de paja que construyen sus detractores para atacarla. Sin embargo, la ciencia no busca verdades absolutas sino parciales y provisionales, con lo cual, el mito de la ciencia solo es mito para los que la obstaculizan, no para los que la desarrollan.

lunes, 30 de julio de 2012

David Deustch contra el positivismo

David Deutsch es un conocido físico de la Universidad de Oxford y miembro de la Royal Society. En su libro La estructura de la realidad, Deutsch critica lo que a su juicio es una contradicción lógica inherente al positivismo. Según esta corriente filosófica, un enunciado u oración enunciativa es verdadera si lo que afirma resulta ser realmente cierto. Sin embargo, Deutsch asegura que esta asunción no puede someterse a este criterio cognoscitivo, dado que es una afirmación empírica pero incomprobable experimentalmente. No obstante, esta acusación es infundada por una razón. 
La validez epistémica del método experimental no se garantiza con la realización de otro experimento donde éste aparezca como variable de estudio, lo cual seria efectivamente un argumento circular. Su validez se fundamenta en el hecho de que hasta el momento no existe otra forma de obtener conocimiento que la de aplicar un determinado protocolo de investigación en el que se incluye el diseño experimental.
Pero no todo lo que uno dice que no sea hablar de propiedades de números y proposiciones debe probarse experimentalmente. De hecho, el diseño de investigación experimental se aplica en cierto tipo de investigaciones, no en todas.
Concretamente, en el estudio de los diferentes diseños de investigación no se utiliza la experimentación, sino el estudio descriptivo o constructivo, según se analicen diseños existentes o se propongan diseños nuevos.
En fin, si Deustch y sus seguidores piden que lo experimental se pruebe experimentalmente, podemos suponer que también que esperarán que pidamos que sus creencias filosóficas también se prueben filosóficamente.

¿Filosofía experimental o psicología de la filosofía?

Todos sabemos que Isaac Newton tituló su obra magna "Principios matemáticos de filosofía natural".
Sin embargo, pese a la obviedad de que "filosofía natural" en esa época significaba exactamente "física teórica", existen autores contemporáneos que, continuando presuntamente el pensamiento científico moderno, pretenden reinvindicar el carácter experimental de la filosofía.
Autores como Jon Lackman o Anthony Appiah defienden que la filosofía debe utilizar la metodología experimental propia de la psicología para dar respueta a los problemas filosóficos tradicionales. No obstante, los defensores de esta corriente no pretenden que la filosofía reflexione sobre los límites de la experimentación con el fin de proponer nuevas formas de investigación, sino que pretenden equiparar directamente filosofía con ciencia.
Ante este planteamiento surge una cuestión. Si la filosofía es experimental y hacer filosofía es estudiar cómo es que la gente se forma ideas sobre el mundo, la verdad, el bien, etc., ¿qué aporta la filosofía al conocimiento que no aporte ya la psicología del pensamiento?.
Nuestra idea es que la filosofía experimental no es filosofía, es ciencia. Y como tal, es filosófica en tanto en cuanto se dedica a extraer consecuencias sobre los contenidos, métodos y valores de la ciencia y no a investigar fenómenos concretos.

domingo, 29 de julio de 2012

Bienvenida

Hola a todos.
Este es un blog dedicado a la difusión del pensamiento filosófico positivista. Como puede verse por su título, también es un homenaje a Galileo Galilei como símbolo del pensamiento científico frente al anti-pensamiento dogmático.
Contrariamente a quienes defienden que la implantación del método cientifico como ideal de racionalidad supuso una ruptura entre ciencia y filosofía, en este blog defendemos que la filosofía de la ciencia consiste en la aplicación de la lógica a los contenidos, método y valores constituyentes de la investigación científica. Considerando a la filosofía como la reflexión desde la ciencia entendemos que esta disciplina consiste en responder de manera general a las siguientes preguntas incluidas en toda investigación: ¿qué sabemos?, ¿cómo lo sabemos? y ¿para qué nos sirve?.
Ejemplos clásicos parciales de esta idea se encuentran en Francis Bacon y sus reglas del método, René Descartes y su discurso del método, Kant y el método trascendental, Hegel y el método dialéctico o Augusto Comte y el método positivo. Sin embargo, la filosofía de la ciencia se ha centrado demasiado en los aspectos metodológicos en detrimento de los aspectos teóricos y éticos. No obstante, desde la propia ciencia han aparecido grandes obras sobre contenidos y valores científicos, como por ejemplo los escritos de Stephen Hawking por el lado teórico o los escritos de Piter Singer sobre ética científica.
En definitiva, si Quine pensaba que tomarse en serio a la ciencia implicaba que la epistemología se reduzca a psicología del pensamiento, nosotros creemos que ser coherente con la ciencia implica que la epistemología debe reducirse a metodología y que la psicología del pensamiento debe reducirse a psicología del pensamiento.
Bienvenidos a la torre inclinada de Pisa.